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19 agosto, 2025

Las series españolas de 2025: Parte 6

A punto de comenzar la época de festivales y la concentración de estrenos de películas y series españolas que ocupan las salas y plataformas como si no hubiera otra época del año en la que estrenar, ya se ha anunciado la presencia de producciones en formato de serie que estarán presentes en próximos festivales de cine. La Mostra de Venecia presenta fuera de competición cuatro estrenos: Un prophète (Canal+, 2025), basada en el film Un profeta (Jacques Audiard, 2009); Portobello (HBO Max, 2025), una miniserie de Marco Bellocchio sobre un presentador acusado falsamente de pertenecer a la mafia; Etty (Arte, 2025), producción franco-israelí sobre Etty Hillesum, una escritora judía holandesa que murió en Auschwitz; y finalmente el true crime italiano El monstruo de Florencia (Netflix, 2025), sobre un asesino en serie que actuó en La Toscana entre 1975 y 1984. Por su parte, el Festival de San Sebastián acogerá el estreno de las series españolas Anatomía para un instante (Movistar Plus+, 2025), la miniserie de Alberto Rodríguez sobre el 23-F, y La suerte (Disney+, 2025), comedia dirigida por Paco Plaza. 

El South International Series Festival, que este año ha adelantado su celebración desde su habitual fecha de octubre para desarrollarse entre el 12 y el 17 de septiembre, también ha presentado parte de su programación. El SISF dedicará homenajes al actor español Paco León y a Chris Brancato, creador de Narcos (Netflix, 2015-2017), El padrino de Harlem (HBO Max, 2019-) y la endeble Hotel Cocaína (MGM+, 2024). En su sección de Ficción estarán presentes el thriller canadiense Corbeaux (Club Illico, 2024), el drama británico Pequeños desastres (HBO Max, 2025), que traerá a Cádiz a su protagonista Diane Kruger, la excelente serie inglesa What it feels like for a girl (Filmin, 2025), el drama futurista mexicano Futuro desierto (2025), creado por Lucía Puenzo, y el drama histórico alemán Nibelungos: La guerra de los reinos (Movistar Plus+, 2025), un montaje ampliado de la película Hagen (Cyrill Boss, Philipp Stennert, 2024). También estrenará las series españolas El centro (Movistar Plus+, 2025), ambientada en las oficinas del CNI; la comedia catalana Sense FilTRES (3Cat, 2025) y el procedimental Romi (Mediaset, 2025). En la sección de No Ficción se estrenan The agent: The life and lies of my father (NRK, 2024), ganadora del premio a la Mejor Docuserie en Canneseries; la producción francesa Bardot (Movistar Plus+, 2025) y el enésimo documental sobre Charles Manson, Making Manson (Peacock, 2025), que aporta más grabaciones inéditas. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

ENA. La reina Victoria Eugenia

Miniserie | Ficción, 6x60' | RTVE |  

Creada por Javier Olivares

Escrita por Javier Olivares, Daniel Corpas, Pablo Lara, Isa Sánchez

Dirigida por Anaïs Pareto Onghena, Estel Díaz


Hace unas semanas RTVE anunció el estreno de esta serie, todavía sin fecha concreta, que estaba terminada desde finales de 2023 y se presentó en los mercados audiovisuales durante 2024, pero permanece inédita en España. En abril se estrenó en la televisión pública de Finlandia, donde suelen funcionar bien series españolas como Cuéntame cómo pasó (RTVE Play, 2001-2023) y Operación Barrio Inglés (RTVE Play, 2024) y en mayo se emitió en RTP2 de Portugal. En esta globalidad en la que vivimos no resultan extrañas estas estrategias de emisión. Sin ir más lejos, el thriller futurista Smilla's sense of snow (Viaplay, 2025), una coproducción entre Dinamarca, Reino Unido y Alemania, ha tenido su estreno mundial este mes de agosto en el canal público australiano SBS, que no participa directamente como coproductor sino que tenía un acuerdo de preventa. El problema en el caso de RTVE es que su estrategia de programación es tan caótica, si aceptamos que existe algún tipo de estrategia, que provoca decisiones poco comprensibles, como la de mantener Ena. La reina Victoria Eugenia (RTVE, 2024) sin estrenar después de dos años o posponer el estreno de La frontera (RTVE/Prime Video, 2025) sin fecha concreta después de haber sido programada. Otra de las polémicas relacionadas con el próximo estreno de la serie es la decisión de destinar una partida presupuestaria este mismo año para el doblaje de las escenas que están en otros idiomas, que en realidad son escasas y se concentran en el primer episodio, cuando Ena no hablaba español y se comunicaba con Alfonso XIII en francés. Esta especie de obsesión de los responsables de RTVE por doblar sus propias series es sorprendente, aunque José Pastor, director de Cine y Ficción de RTVE, trataba de justificarla en la pasada edición de Séries Mania, durante la presentación de Weiss y Morales (RTVE Play, 2025), que incluía escenas habladas en alemán que fueron dobladas al castellano, haciendo referencia a las protestas que provocó el estreno de Sequía (Prime Video, 2022) manteniendo los diálogos en portugués, que solo ocupaban un 25% de la serie. Si bien es cierto que los espectadores españoles suelen huir espantados de las versiones originales subtituladas y que otros canales públicos como el alemán ZDF también lo doblan todo, no es una justificación lógica para una televisión pública, sobre todo porque en el caso de Weiss y Morales ni siquiera se puede ver la versión original en la plataforma RTVE Play. 

La serie creada por Javier Olivares (1958, Madrid) está basada en la ficción escrita por Pilar Eyre en su libro Ena: La novela (2009, Ed. La Esfera de los Libros) que hacía un recorrido por la trayectoria de Victoria Eugenia de Battenberg como reina de España, no especialmente bien aceptada y generalmente incomprendida, a pesar de su influencia en algunas decisiones importantes. En el episodio La conversación (T1E6), el General Franco (Ricardo de Barreiro) dice de ella: "Esa Victoria Eugenia siempre fue la más inteligente de la familia real". La serie se esfuerza por demostrar esa idea, destacando a Ena (Kimberley Tell) en su intención de no tener solo el papel secundario que se le asigna dentro del Palacio Real. Este último episodio se narra a partir de las conversaciones que mantuvo con el periodista Augusto Assía (Julián Villagrán) en el Hotel Claridge's de Londres durante el exilio de la familia real y cuando ya se había separado del rey, un capítulo adicional a la novela, que termina cuando Ena abandona a Alfonso XIII, lo que en la serie se produce en el episodio Así que pasen cinco años (T1E5). Javier Olivares se ha rodeado de los guionistas Daniel Corpas, Pablo Lara e Isa Sánchez, con los que ha colaborado anteriormente en El Ministerio del tiempo (RTVE Play, 2015-2020), e incluso de actores que interpretan al mismo personaje que encarnaron en aquélla, como Ángel Ruiz, que vuelve a dar vida a Federico García Lorca en el episodio que establece un paralelismo entre el inicio de la Guerra Civil y su obra Así que pasen cinco años (1931, Ed. Cátedra). Esta representación del "teatro imposible" del poeta granadino no pudo estrenarse debido al estallido de la guerra y su asesinato, y hasta 1975 no llegó a representarse en España. Aunque no se establece una relación directa entre Federico García Lorca y Victoria Eugenia, hay una relación indirecta a través de la actriz Carmen Ruiz Moragas, amante del rey Alfonso XIII (le llegó a regalar un teatro), pero también amiga del poeta. De esta manera la serie se mueve entre la ficción y la documentación histórica sin querer ser una crónica rigurosa de los acontecimientos, que en su mayor parte describen momentos de intimidad. Alejando el debate del rigor histórico que rodea a este tipo de producciones, Ena. La reina Victoria Eugenia utiliza la historia personal de la reina consorte para reflejar el papel de España dentro de un panorama internacional que estaba marcado por su posicionamiento neutral en la guerra de 1914 y el comienzo de la guerra civil española. Hay un contexto mundial que se representa en las referencias al crack económico de 1929 o al conflicto bélico internacional, pero manteniendo una perspectiva interna, incluso a través del humor: "La verdad es que ser neutrales me ahorra muchos problemas en casa", dice Alfonso XIII (Joan Amargós) en Justicia y equidad (T1E3), refiriéndose a la posición a favor de Inglaterra de su esposa Victoria Eugenia, y a favor de Alemania de su madre María Cristina (Elvira Mínguez). 

La historia comienza en Bodas de sangre (T1E1) con el enlace entre Victoria Eugenia de Battenberg y Alfonso XIII en 1906, mostrando el estallido de una bomba a la salida de la iglesia, un atentado anarquista que no estaba dirigido a ella directamente, pero que acabó siendo la representación de la difícil tarea que tuvo para ser aceptada como reina consorte en España. Es el episodio en el que esta joven de la nobleza, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, tiene más dificultades de comunicación con los miembros del palacio real, especialmente con la madre del rey, no solo porque no dominaba el idioma, sino porque María Cristina no estaba de acuerdo con este matrimonio. Pasando de un año a otro pero manteniendo una cierta estructura cronológica, el segundo episodio, Los colores de la alegría y la tristeza (T1E2), hace un retrato más íntimo de Victoria Eugenia, centrándose en la enfermedad a través de la hemofilia hereditaria que transmite a sus hijos, su obsesión por tener un hijo sano y el comienzo del distanciamiento con Alfonso XIII, impulsado por las intrigas de la madre de éste. Elvira Mínguez, creadora y directora de una de las mejores series españolas del año pasado, La sombra de la tierra (atresplayer, 2025), hace un trabajo notable evitando que su personaje de María Cristina sea solo una antagonista perversa. Pero la serie, dirigida sobre todo por Anaïs Pareto Onghena (1985, Barcelona) tiene algunas dificultades para encontrar un tono equilibrado: a veces refleja con seriedad el empeño de Victoria Eugenia por reformar la institución de la Cruz Roja, en paralelo con la creación por parte de Alfonso XIII de la Oficina Pro Cautivos, que consiguió la liberación de muchos presos, entre ellos figuras como el actor Maurice Chevalier. Ambos compitieron en 1917 por el Premio Nobel de la Paz, del que tanto se habla últimamente, que recayó en la Cruz Roja Internacional. Pero por otro lado la etapa de la dictadura de Primo de Rivera (Mariano Peña) en Los desastres de la guerra (T1E4) tiene una tonalidad casi paródica, sobre todo en la interpretación del actor, que tiende a la caricatura. También hay frases que parecen guiños a la actualidad, como cuando el Conde de Romanones (un estupendo Juan Gea) menciona la detención de militares responsables de la derrota de Annual: "Van a procesar a 32 militares. Cuando pase el tiempo los indultamos a todos y ya está". Hay una tendencia en el audiovisual español a mostrar a nuestros dictadores con un tono paródico, como en La canción (Movistar Plus+, 2025), que colocaba a Franco en situaciones cotidianas. En esta serie también la elección de Juan Carlos como futuro rey parece surgir de una conversación de merienda entre Franco y Carmen Polo. Esta forma de desdramatizar los acontecimientos históricos a través del retrato de personajes paródicos parece querer evitar el conflicto, pero en realidad suaviza peligrosamente la gravedad de las decisiones opresivas y sanguinarias que se tomaron. Ena. La reina Victoria Eugenia tiene la solidez de los guiones de su creador y ofrece un retrato complejo de la sociedad española desde la intimidad de un matrimonio difícil. Alfonso XIII es menos crápula en la serie que en el libro de Pilar Eyre, aunque también se mencionan sus producciones de películas pornográficas. Pero sobre todo reivindica a una mujer a la que colocaron en una posición secundaria, pero no se conformó con ser solo una consorte. 

Superstar

Miniserie | Ficción, 6x55' | Netflix |  

Creada por Nacho Vigalondo

Dirigida por Nacho Vigalondo, Claudia Costafreda


Es una buena decisión elegir a un director como Nacho Vigalondo (1977, Cabezón de la Sal) para contar la historia del friquismo en España, una etapa marcada por el éxito del programa Crónicas marcianas (Telecinco, 1997-2005) y la popularidad de los personajes que Javier Cárdenas comenzó a explotar en el programa de radio Arús con leche y que posteriormente trasladó al mundo de la televisión. El periodista que ahora escribe en OK Diario acabó tan absorbido por el friquismo que él se convirtió también en un friki, con la diferencia que el "No cambié" de Tamara/Yurena sigue recordándose mientras que nadie se acuerda que Javier Cárdenas también publicó un disco que no escuchó nadie, y últimamente parece molesto por su ausencia tanto de la serie como del documental Sigo siendo la misma (Marc Pujolar, 2025). En este sentido, hay que darle algo de razón porque una historia sobre juguetes rotos, si aceptamos esta discutible definición para sus protagonistas, pierde la oportunidad de ofrecer un retrato mucho más sólido sobre la sociedad española de principios de los 2000, entregada a la televisión como espectáculo basura y a la explotación de las fantasías de algunos personajes. Aunque aparezca un programa titulado Tiempo de Marte, presentado por el propio Nacho Vigalondo emulando a Javier Sardá con el mismo tono con el que imitaba a Iker Jiménez en El otro lado (Movistar Plus+, 2023), hay menos interés en reflejar el entorno de explotación televisiva que  en retratar a los propios personajes, a los que convierte en protagonistas de cada uno de los episodios de la serie. El problema es que posiblemente no todos tienen tanto interés como para ser personajes principales de sus propias historias, aunque haya una cierta afectuosidad que en realidad parece más bien condescendencia. Por eso el episodio que mejor retrata a los personajes es El extraño caso del Doctor Leonardo y Míster Dantés (T1E2), que convierte a Leonardo Dantés (un espléndido Secun de la Rosa) en una doble personalidad que por un lado quiere ser reconocido como compositor de canciones y por otro está deseando participar en el circo televisivo de montajes y conflictos inventados. Nacho Vigalondo parece pensar que es mucho más interesante retratar el entorno de personajes esperpénticos que rodeaban a Yurena que hacerlo con ella misma, y así la convierte en personaje secundario de su propia historia, incluso en aquellos episodios más centrados en ella, como Margarita Seisdedos y la crisis del ladrillo (T1E1) que aborda su llegada a Madrid, pero a través de los ojos de su madre Margarita (Rocío Ibáñez). El problema de los episodios personificados es que acaban siendo tan interesantes como lo puedan ser sus protagonistas, y mientras Paco Porras (Carlos Areces) no tiene mucho que aportar más allá de la ocurrencia de adivinar el futuro a través de los vegetales, alrededor de Tony Genil (Pepón Nieto) se construye una réplica de Luces de bohemia (1924, Ed. Austral)  con la que Ramón María del Valle-Inclán inauguró el género del Esperpento, la representación grotesca de la sociedad española. Y así, convierte a Tony Genil en un Max Estrella que recorre de nuevo las calles de Madrid reuniendo a su paso a los personajes de la bohemia que ahora son los representantes del friquismo. 

Hay suficiente riesgo en Superstar (Netflix, 2025) como para reconocerle su atrevimiento con el planteamiento surrealista que propone pero, como le ocurre a las últimas películas de Nacho Vigalondo, desde Colossal (2016) hasta Daniela forever (2024), también transmite una cierta incapacidad para convertir las buenas ideas en narrativas coherentes dentro de su propio universo. El propio director se reserva los episodios dedicados a Yurena (Ingrid García-Jonsson) y parece haber una especial sensibilidad a la hora de retratarla, aunque esa tendencia a considerarla una víctima de mánagers codiciosos como Arlekín (Julián Villagrán), parece una lectura demasiado superficial, precisamente cuando ella ha sido la que mejor ha aprovechado la popularidad. En La balada de Marimar Cuena Seisdedos (T1E6) se enfrenta a Yurena con Maria del Mar, en esa representación bipolar que ya se ha utilizado con Leonardo Dantés, comparando la vida de popularidad efímera de la una con la posible vida de mediocridad serena de la otra, y preguntándose si merece la pena ser Marimar más que Yurena. Quizás el problema de la falta de impacto emocional de este último episodio está en que el propio Nacho Vigalondo ya ha expresado una postura personal desde la narración del primer episodio, de manera que resulta una reflexión redundante. Claudia Costafreda (1992, Madrid), creadora de la excelente serie Cardo (atresplayer, 2021-2023) y guionista de Vestidas de azul (atresplayer, 2024), dirige los mejores episodios, incluido el que convierte a Yoli Álvarez (Natalia de Molina) en un personaje de una película de David Lynch, en Loly Álvarez y Arlekin en la carretera perdida (T1E3). Superstar tiene la virtud de explorar el surrealismo y el absurdo a través de unos personajes que acabaron siendo parodias de sí mismos, pero también hay una cierta mirada condescendiente que parece pretender darles el lugar que les corresponde. Se podría que todos sus defectos también son sus aciertos porque aportan una mirada distintiva que adopta el subgénero del biopic colectivo, tan excesiva a veces como ridícula otras, tan imaginativa como cansina. 

Genderless

Miniserie | Documental, 2x60' | RTVE Play/Pr1meran |  

Creada por Lidia Martín Araujo 

Dirigida por Oiane Sagasti


Shine Iberia es una de las productoras más destacadas en los territorios de España y Portugal, siendo adquirida en 2020 por la multinacional francesa Grupo Banijay. Pero al margen de formatos de éxito como Masterchef (RTVE, 2013-) o Maestros de la costura (RTVE, 2018-2022) y ficciones acartonadas como Bosé (SkyShowtime, 2023), viene produciendo en los últimos años series documentales que abordan problemáticas juveniles, como la excelente Generación Porno (3Cat/Pr1meran, 2023). Las mismas responsables de aquella, bajo la dirección de Oiane Sagasti y con guión de Lidia Martín Araujo, han estrenado ahora otra coproducción entre el canal autonómico vasco EITB y la televisión pública nacional RTVE que sigue una estructura parecida a aquel documental para abordar otra de las cuestiones más debatidas en los últimos años. En realidad, se trata de un debate falso porque, como afirma la psicóloga Lala Mujika: "El mundo nunca ha sido solo binario, siempre ha sido más que binario. Y para eso necesitamos complejizarlo, no simplificarlo. ¿Molestan las etiquetas? Pues habrá que acostumbrarse". Cuando Donald Trump estableció el pasado mes de febrero el reconocimiento de solo dos sexos, el masculino y el femenino, no solamente fue el primer paso para su cruzada en contra de los programas de apoyo a la diversidad y a la transición de género, sino que establecía un pensamiento binario simplista y reducido que descartaba no solo las disforias de género sino también la intersexualidad. En Genderless (RTVE Play/Pr1meran, 2025) se abordan precisamente buena parte de las posibilidades de reconocimiento de género que existen en una sociedad que, se acepte o no, es diversa y plural. Como en Generación Porno, la serie escoge a un grupo de jóvenes y a sus padres para establecer una conversación en torno a cómo se han enfrentado a decisiones personales que ni siquiera se habían planteado, mezclándolas con intervenciones de expertos que hacen referencia a una sociedad que ha establecido ciertas normas en las que una parte de estos jóvenes no encajan, no solo porque tienen una percepción de su género diferente, sino porque en algunos casos ni siquiera se sienten representados por la definición binaria. Hay algunos apuntes interesantes sobre las influencias que pueden haber tenido ciertas ideologías de género, como cuando Mark, chico transbinario, comenta que comenzó a darse cuenta de su disforia de género cuando asistió a una sesión extraescolar en la que se hablaba de la transexualidad. "Tendría que haberte enviado a la clase de religión, entonces", le dice su madre. Pero la respuesta de Mark es bastante madura: "Si hubiera ido a la clase de religión, habría seguido vistiendo pantalones, pero sin saber qué me pasaba". Esta idea de negación es la que caracteriza a ciertos sectores de la sociedad para no enfrentar la diversidad. José Errasti, profesor de psicología de la Universidad de Oviedo y autor de ensayos como el controvertido Nadie nace en un cuerpo equivocado (2022. Ed. Deusto), que fue acusado de seguir teorías conspirativas, aporta en el documental la voz que critica las teorías queer y de identidad de género: "Todos somos binarios. Y si no permitimos a un menor de edad hacerse un tatuaje, excusa decir que se le permita tomar hormonas cruzadas o bloqueadores de la pubertad". Para este profesor de psicología, la adolescencia es "muy influenciable" y "la mayor parte de los no binarios lo descubrieron entre los 15 y los 25 años". Aunque la psicóloga María Lusarreta afirma que los estudios indican que "a partir de los 3 años surge la percepción de género, y de los 3 a los 4 años se empieza a crear la expresión de identidad". 

Hay una inquietud didáctica en Genderless que se manifiesta en una reunión de jóvenes con un grupo de personas de la tercera edad para explicarles los diferentes conceptos y categorías dentro de las identidades no binarias, pero es un segmento que se siente demasiado reduccionista, y que toma como base la teoría de que las generaciones mayores se sienten confundidas en esta sociedad cargada de etiquetas y de diferentes pronombres de género. La psicóloga María Lusarreta defiende que "las etiquetas nos ayudan a situarnos en el mundo, nos ayudan a clarificar quiénes somos". Algunas madres hablan de su percepción de duelo cuando sus hijos toman la decisión de cambiar de sexo, como la sexóloga Bea Sever: "No conozco ninguna familia que haya pasado por el tránsito sin un sentimiento de culpa o asumiéndolo claramente. Yo sentía que tenía una hija, y para mi fue un proceso de duelo". El documental está dividido en dos partes: El laberinto de la identidad de género (T1E1), que aborda las categorías que han surgido para dar cabida a quienes no se identifican dentro de unos parámetros binarios: cis, demisexual, intersexual, género fluido o trans son conceptos que aportan complejidad a las identidades. En la segunda parte, El precio de la sexualidad (T1E2) se tratan temas como las agresiones de odio, las terapias de conversión que todavía existen y la idea equivocada de que la identidad de género está relacionada con los genitales o la orientación sexual. Aborda cómo las transiciones de género también están influidas por las ideas binarias, como afirma Lala Mujika: "Las hormonas son un medicamento crónico en una sociedad que necesita que una persona que se considera mujer parezca una mujer". La polémica sobre los tratamientos con hormonas y bloqueadores de la pubertad ha provocado cambios de legislación en varios países europeos y en Reino Unido: "Se están cambiando legislaciones porque hay estudios que están demostrando los efectos secundarios que provocan las hormonas cruzadas. Nos hemos inventado un problema y como siempre hay que preguntarse a quién beneficia", afirma José Errasti, secundando su teoría de que hay grandes corporaciones económicas detrás de las ideologías de género. También plantea algunas teorías controvertidas, incluso defendidas por medios como The New York Times que suele tener una línea editorial antitrans, como la pérdida de masa ósea en los tratamientos en adolescentes: "Cuando a una chica con once años le damos bloqueadores de la pubertad, no solo impedimos que le venga la menstruación o que le crezcan los pechos, sino que estamos manteniendo su cerebro con once años". No existe evidencia clara de que esto ocurra, y Marcelino López Balaguer, endocrinólogo de la Unidad de Género del Hospital Universitario Dr. Peset encuentra esta teoría absurda: "Pensar que si se bloquea la pubertad dos años la persona va a tener un retraso mental, es como creer que una pubertad precoz, que surja tres o cuatro años antes de lo habitual, supone una mayor madurez mental de la persona". Aunque menos efectiva que el anterior documental, Genderless plantea cuestiones interesantes que se debaten actualmente en torno a las identidades de género, pero sobre todo reflexiona sobre si una sociedad que no estableciera categorías tan rígidas como las que existen, podría eliminar buena parte de las problemáticas que se plantean en torno al género. 

Furia

Miniserie | Ficción, 8x30' | HBO Max |  

Creada por Félix Sabroso | Escrita por Félix Sabroso, Juan Flahn

Dirigida por Félix Sabroso, Jau Fornés


Hay una cierta tendencia, especialmente desde una mirada masculina, a retratar los ataques de ira de las mujeres a través de la comedia, lo que en cierto modo perpetúa la imagen tradicional de cierto histerismo en torno al universo femenino. Podemos encontrar un drama como Un día de furia (Joel Schumacher, 1993), que retrata el creciente estado de tensión que sufre su protagonista masculino hasta estallar en un acto de violencia, pero cuando se trata de una protagonista femenina que llega al límite, el recurso habitual es el de envolverla de un tono humorístico. Una de las mejores miradas recientes sobre cómo la ira femenina es percibida por los demás la encontramos en el excelente drama noruego Adorable (Lilja Ingolfsdottir, 2024), que se estrena este otoño en España. Pero generalmente, por mucho que se retrate a los hombres que la rodean como idiotas o crueles, al final el mensaje que se transmite es el de no tomarse demasiado en serio las problemáticas que conducen a estas mujeres a llegar a situaciones límite. Aunque se disfrace de cierta mirada feminista, Furia (HBO Max, 2025) no puede evitar caer en la representación tópica de las féminas histéricas, lo que hace más sorprendente que haya sido recibida de forma generalmente positiva. Pero lo cierto es que la nueva propuesta de Félix Sabroso (1965, Canarias) después de sus años como jefe de contenidos de Mediaset y su regreso con la irregular serie Mentiras pasajeras (SkyShowtime, 2023) y la pésima comedia Canta y no llores (2024), acaba cayendo en todos los tópicos posibles del retrato reduccionista de personajes trastornados. Algunos de los episodios comienzan con una sesión de yoga o algo parecido en la que siete mujeres parecen haber superado su estado de ira para enfrentarse por fin a sus propias conciencias, aunque las conexiones que pretende el instructor se convierten en discusiones, lo que subraya la idea de que entre ellas mismas hay asuntos pendientes por resolver. Dos años antes, cada una de estas mujeres han acabado estallando, dedicándole un episodio a las diferentes protagonistas: Marga (Carmen Machi) es una artista que sufre la infidelidad de su marido Roberto (Alberto San Juan), con la asistenta Tina (Claudia Salas); Nat (Candela Peña) es una veterana vendedora de una tienda de ropa cuyo trabajo y el de su amiga Rosa (Ana Torrent) están en peligro por la reestructuración laboral que quiere llevar a cabo su jefe Miguel (Antonio Pagudo); Vera (Pilar Castro) es una reconocida chef que vio cómo su restaurante de comida vegana se venía a pique después de un demoledor comentario del crítico gastronómico Emilio Durán (Pedro Casablanc); Victoria Leal (Cecilia Roth) es una actriz olvidada de la época del destape que es engañada por su antiguo manager Borja (Francesc Garrido) para recibir un premio que no es lo que parece. En realidad, no está claro si la serie quiere reflejar problemáticas a las que se enfrentan las mujeres o tiene más interés en mostrar las consecuencias de la pérdida de unas vidas que han sido privilegiadas, pero es dudoso que los conflictos a los que se enfrentan estos personajes sean fácilmente identificables, por mucho que se aborden temas como la falta de autoestima, la crueldad de la percepción de la edad o los techos de cristal. 

La trama más interesante, de hecho, es la que protagoniza Adela (Nathalie Poza), una mujer de clase media que se encuentra en medio de una crisis económica, enfrentada a buscar trabajo mientras debe cuidar a su madre (Marilú Marini), que sufre demencial senil, al mismo tiempo que se ve amenazada por una orden de desahucio por parte de su arrendador Seve (Pepón Nieto). Incluso es más cercana la historia de Megan (Mima Riera) y Lu (Claudia Roset), dos jóvenes amigas que se enfrentan de forma diferente a la decisión de marcharse de su pueblo para buscar trabajo en Madrid, y que acaban formando parte de la reconversión laboral que afecta a Nat y Rosa en la tienda de ropa. El planteamiento de la serie puede recordar a Relatos salvajes (Damián Szifron, 2014), en su exploración de circunstancias que llevan a sus personajes a situaciones límite, y en esa estructura que parece antológica al principio, predominando una historia sobre la otra en los cinco primeros episodios, pero que se modifica apuntando conexiones entre los personajes y después directamente introduciendo a algunas en los problemas de las otras, en tres episodios finales que funcionan como una especie de epílogo para resolver los traumas. Al principio se habla de un "estado de ofuscación, desorden, caos, desesperación, ira y hasta venganza", lo que se representa a lo largo de los relatos que se presentan a continuación. Hay una cierta consciencia en algunas de las protagonistas de la posición en la que se encuentran y de algunos errores del pasado, como en Victoria, que se describe a sí misma como "una mala actriz que defendió malas películas y peores directores. Fuimos la libertad de una época, aunque terminamos siendo el alivio de una banda de pajeros". Si la serie pretende ofrecer un retrato de nuestra sociedad, lo hace desde una posición con la que resulta difícil identificarse, y resulta incluso más acertada en la representación de los elementos que provocan los conflictos que en la propia descripción de quienes los sufren. Es más acertada cuando retrata a jefes abusivos, maridos infieles, críticos misóginos y caseros crueles que cuando presenta a las mujeres que padecen las consecuencias de sus decisiones. Lo que en realidad no es una virtud para una serie que parece querer presentar algún tipo de reflejo de la incomunicación que se manifiesta en una sociedad demasiado complaciente y a veces bastante misógina. 

El Clan Olimpia

Temporada 1 | Ficción, 6x45' | Disney+ |  

Creada por Arantxa Cuesta, David Muñoz

Dirigida por Gracia Querejeta, Violeta Salama, Claudia Pedraza


El proceso de desarrollo de una serie puede resultar tan largo que por el camino acaba perdiendo parte de su esencia. Ésta nació como un proyecto de dos series basadas en dos mujeres narcotraficantes reales, una de ellas La Rubia, el personaje que interpreta Teresa Riott en El inmortal (Movistar Plus+, 2022-2026), que en la realidad cumple actualmente una larga condena en prisión. La idea curiosa era que tuvieran una producción en paralelo, pero en alguna temporada las dos historias acabarían uniéndose en una sola serie, dada la relación de amistad que los dos personajes tuvieron en la cárcel, lo que finalmente se descartó para centrarse solo en el personaje de Olimpia. La otra curiosidad de este proyecto producido por Gerardo Herrero es que la actriz Zaira Romero, nominada al Goya como Mejor Actriz Revelación por Carmen y Lola (Arantxa Echevarría, 2018), interpreta a su propia madre, en cuya historia está basada la serie. La protagonista de El clan Olimpia (Disney+, 2025) es una joven merchera que decide dedicarse al narcotráfico para ayudar a su marido Álex (Joel Bosqued) a someterse a un tratamiento contra el cáncer, pero cuya actividad debe mantener en secreto para una parte de su familia, especialmente su madre Estre (Tamara Casellas) y su padre Ramón (Juan Carlos Vellido), que prefieren mantenerse alejados de las actividades ilegales. Aunque en realidad hay una actitud machista que no concede a la mujer la capacidad necesaria para dedicarse al contrabando, lo que se refleja en el título del segundo episodio, No es cosa de mujeres (T1E2), cuando Olimpia (Zaira Romero) se enfrenta a su hermano Manuel (Daniel Ibáñez). En esta búsqueda del conflicto narrativo, los personajes masculinos de la familia de Olimpia quedan desdibujados en simples estereotipos machistas, pero en realidad se trata de un defecto general de la serie que, si bien trata de enmarcar la historia en una adecuada ambientación de principios de los años 2000, no consigue traspasar el lugar común a la hora de reflejar la cultura gitana, más allá de los recursos habituales de introducir canciones de Las Greca o El Barrio. Incluso podría parecer que El clan Olimpia tendría alguna pretensión de recuperar el estilo del cine quinqui de los años ochenta, que se reivindica en los últimos años como un patrimonio de nuestro cine, hasta el punto que el Festival de Berlín 2024 estrenó como uno de sus clásicos restaurados en la sección Berlinale Classics la película Deprisa, deprisa (Carlos Saura, 1981), ganadora del Oso de Oro. Pero no parece ser el interés de Gracia Querejeta, la directora de los dos primeros episodios que sientan la bases del estilo narrativo de la serie. Por el contrario, se construye una historia que sale del barrio en los episodios restantes dirigidos por Violeta Salama, llegando a Colombia, con la colaboración de la directora de La reina del Sur (Netflix, 2011-2022), Claudia Pedraza, en el episodio central Por mis muertos (T1E3), y cruzando hasta Italia en el final Si tienes un problema... (T1E6). 

Suele ser discutible la mirada feminista en torno al mundo de la delincuencia, como en aquella miniserie documental titulada Narcas, mujeres tras la droga (Movistar Plus+, 2023), que parecía reivindicar que las mujeres también pueden ser narcotraficantes, aunque quizás no sea la actividad más apropiada para abordar la igualdad de oportunidades en el entorno laboral. Algo parecido ocurre en El clan Olimpia, en el que los guionistas Arantxa Cuesta y David Muñoz, que tienen una larga trayectoria en el audiovisual español, buscan la justificación sentimental de la protagonista para que el espectador sienta empatía por ella, utilizando la necesidad de dinero para el tratamiento del cáncer de su marido en Estados Unidos, como la principal motivación de sus incursiones delictivas. Lo que no solo resulta innecesario sino también algo manipulador, sobre todo cuando los propios guionistas han reconocido en algunas entrevistas que las motivaciones del personaje real no estaban relacionadas precisamente con aspectos sentimentales, sino solamente con la adrenalina que provocaba el mundo del narcotráfico. Eliminar esta ambigüedad del personaje le despoja de sus posibles complejidades, pero sobre todo manipula al espectador en su mirada hacia la protagonista. Sin embargo, hay una interesante pretensión de eliminar todo el glamour del mundo delincuencial en el que se mueve Olimpia, quien toma decisiones impulsivas pero acertadas, ganándose la confianza de El Moreno (Juan Pablo Raba), un narcotraficante demasiado blandito. Pero en vez de construir a una especie de heroína, como quiso hacer Sofía Vergara en Griselda (Netflix, 2024), esta historia trata de moldear a una antiheroína, una joven que se mueve por convicciones personales y que reivindica su derecho a tomar sus propias decisiones. La serie comienza en Vamos a ser grandes (T1E1) con una fiesta en la que Olimpia tiene un papel secundario y termina con otra fiesta en la que ella toma el protagonismo. Pero hay desequilibrios de tono que parecen incorporar aspectos del guión que se fueron perdiendo en la puesta en escena, como un sentido del humor que prácticamente desaparece de casi toda la temporada, excepto en los episodios finales (en particular, todo el viaje a Italia tiene un tono desenfadado y humorístico que no habíamos visto en el resto de la serie). Puede ser un problema estructural de un proyecto que está concebido para tres temporadas pero que está pendiente de confirmación, de manera que quedan retazos de lo que se pretende hacer sin que realmente se pueda revelar. Tanto que acaban produciéndose sinsentidos como el subtítulo de la serie, "una historia de redención", sin que en esta temporada haya aparecido la redención por ninguna parte, que de hecho está prevista para la última temporada si se producen las tres previstas. Lo que termina convirtiendo a El clan Olimpia en un proyecto descuidado en los mínimos detalles, a pesar de que en la producción participan empresas tan veteranas como la española Tornasol de Gerardo Herrero, la hispano-argentina Gloriamundi de Pablo E. Bossi, y la argentina Pampa Films, de sus hijos Pol y Agustín Bossi.

La frontera

Miniserie | Ficción, 5x50' | Prime Video/RTVE |  

Creada por Luis María, David Zurdo

Dirigida por María Pulido, Yolanda Centeno


Otra de las víctimas de la programación de TVE ha sido esta serie cuyo estreno estaba previsto en lineal para el 13 de junio pero ha sido pospuesto sin fecha definida, mientras se estrenaba completa en la plataforma Prime Video. La justificación parece estar en los pésimos resultados de audiencia de Weiss & Morales (RTVE Play, 2025) en el prime time de los viernes, lo que habría provocado dudas sobre volver a programar una serie de ficción en ese mismo horario, quizás sin pensar que el problema pudiera estar en que el procedimental de Miguel Ángel Silvestre no era especialmente interesante y que su duración de 90 minutos por episodio podía retraer a parte de la audiencia. Eso si aceptamos la posibilidad de que a los responsables de TVE les importe realmente el éxito de las series que producen, teniendo en cuenta el pésimo trato que les dan a la hora de programarlas. La frontera (Prime Video, 2025) pertenece a ese subgénero que está empezando a ser cierta tendencia, el de los thrillers enmarcados en la época en la que actuaba la banda terrorista ETA. Sin ir más lejos, el Festival de San Sebastián ha seleccionado este año para su Sección Oficial la película Un fantasma en la batalla (Agustín Díaz-Yanes, 2025), la historia de una joven guardia civil que trabajó durante más de una década como agente encubierta en la organización terrorista, una trama que recuerda a La infiltrada (Arantxa Echevarría, 2024), película que fue rechazada el año pasado por el festival donostiarra, en uno de los mayores errores de su historia. Como aquella, La frontera es una ficción que se sostiene en un entorno real, introduciendo en este caso un trasfondo poco habitual, alrededor de la colaboración de las autoridades francesas con las españolas para evitar que la frontera con Francia se convirtiera en zona de refugio para lo terroristas. La operación Sokoa en 1986 supuso un duro golpe a la cúpula de la banda terrorista, iniciando una colaboración de Francia con España en materia antiterrorista, en parte impulsada por nuestra reciente incorporación a la Unión Europea. Mientras Francia comienza a entregar etarras a España, para ser interrogados y puestos a disposición judicial, también presiona para que se alcance una solución negociada. En este contexto, el veterano guionista Luis Marías (1962, Bilbao), nominado al Goya por Todo por la pasta (Enrique Urbizu, 1991), elabora una ficción en torno a un comando independiente de ETA que planea un atentado en París, mientras el Guardia Civil Mario Sanz (Javier Reyes) y el jefe de policía Léon (Vincent Pérez) se saltan todos los protocolos existentes para colaborar juntos en la desarticulación del comando, formado solo por dos miembros: Jon (Kike Guaza) y Edurne (Rebeca Matellán), un personaje que está inspirado en una terrorista real, Idoia López Riaño, apodada La Tigresa, que formó parte de uno de los comandos más sanguinarios de ETA, el comando Madrid, aunque no se la relaciona con ninguna actividad en Francia. La etarra tenía tras de sí una leyenda sobre su crueldad y su apetencia sexual, salió de la cárcel en 2017 después de cumplir todas sus condenas y pedir perdón a las víctimas, y es una de las protagonistas del libro Las fieras (2024, Ed. Seix Barral) de Clara Usón. 

Ambientada en 1987, un año después del comienzo de la colaboración entre Francia y España, la serie transcurre completamente en un terreno ficticio, pero incorpora algunos hechos reales, como el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza perpetrado en diciembre de ese año, que acabó con la vida de once personas, entre ellas seis menores de edad. Estas inclusiones pueden confundir al espectador respecto al propósito real de la serie, si solo se trata de construir un thriller sobre un contexto histórico o también pretende reflejar aspectos del terrorismo nacionalista. La frontera es principalmente un thriller, y por tanto no hay que mirarla con la misma perspectiva que otras miniseries como Patria (HBO Max, 2020), que estaba más enraizada en la realidad. Como construcción de una trama policíaca en torno al posible atentado de dos miembros disidentes de ETA, funciona con buen pulso desde la persecución del episodio Miedo (T1E1), desarrollando una tensión creciente, hasta el contundente episodio De piedra (T1E5). Quizás La frontera es un producto muy característico de nuestra época, en la que se prefiere construir ficciones tomando los elementos del género, pero sin incluir el contenido político de las incursiones en el conflicto socio-político vasco de directores como Ana Díez con Ander eta Yul (1989) o Imanol Uribe con La fuga de Segovia (Imanol Uribe, 1981) o Días contados (Imanol Uribe, 1994). En este sentido, abordar el conflicto etarra desde el género negro ya fue una práctica habitual en el cine español de los ochenta y noventa. Pero en este caso, el propio carácter disidente de los terroristas que quieren cometer un atentado en Francia marca una distancia respecto al retrato de ETA, aunque tangencialmente se aborda a través  del personaje de Izaskun (Itsaso Arana), la hija de Xabier Vergara (Asier Hernández), un histórico de la banda terrorista, que se ve sometida a la autoridad de su padre y obligada al compromiso con la lucha nacionalista, después de que uno de sus hermanos haya huido acusado de traición a la familia y el otro esté cumpliendo condena. Esta mirada a los personajes periféricos es uno de los aspectos más interesantes del guión, sobre todo en referencia a Ainhoa (Goize Blanco), la esposa del terrorista Jon, que no puede mantenerse al margen de las actividades de su marido, envuelta en la dinámica de violencia de ETA, y su relación con Maia (Amaia Aberasturi), una colaboradora de la Guardia Civil que utiliza su trabajo en una empresa de alquiler de coches en Biarritz para infiltrarse en los círculos abertzales. Son estos personajes secundarios que, efectivamente, se encuentran en medio de una frontera ideológica y emocional, los que aportan una mayor profundidad a la serie, incluso mejor que los principales, como Mario, una figura tradicional del thriller que representa al policía comprometido, incluso aunque tenga que saltarse las normas, y el más desdibujado Léon, un policía francés algo arquetípico. La frontera es un interesante thriller que se incorpora a una tendencia actual, contextualizando en los años de violencia terrorista, una historia que se mantiene en un terreno genérico.


Un fantasma en la batalla y Adorable se estrenan en salas el 3 de octubre.
El monstruo de Florencia se estrena en Netflix el 22 de octubre.  
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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

Colossal se puede ver en FlixOlé y Tivify.
Daniela forever se puede ver en Filmin y Movistar Plus+.
Carmen y Lola se puede ver en JustWatch tv, Netflix y Plex.
Deprisa, deprisa y Días contados se pueden ver en FlixOlé y Movistar Plus+.
La infiltrada se puede ver en Movistar Plus+.

14 julio, 2025

Las series españolas de 2025: Parte 5

Aunque sea porque las necesitan para cubrir la cuota de producción propia que exige la Unión Europea y a pesar de que la obligación de incluir el 6% de lenguas cooficiales en sus catálogos solo afecta a las plataformas que tienen sede social en España, dejando fuera a Netflix, Disney+, HBO Max o Prime Video, éstas comienzan a fijarse en series de producción autonómica para sus catálogos, ya que también hay subvenciones del Estado para la diversidad lingüística. En 2024, la Consejería de Cultura de la Generalitat de Cataluña destinó 6,9 millones de euros a la variedad lingüística, subvencionando la presencia de subtítulos y doblajes en catalán, de los cuales 4,4 millones fueron para plataformas de streaming. A pesar de este apoyo financiero del que se benefician todas las plataformas, la presencia del catalán, por poner un ejemplo de la lengua más subvencionada, es de un 2,2% en Apple tv+, un 3,1% en Disney+ y un 3,4% en Netflix, subiendo a un 6,7% en Prime Video y HBO Max, y ascendiendo a niveles más altos en las plataformas de origen español como Rakuten (7,8%), Movistar Plus+ (13,1%), Acontra+ (20,5%), Filmin (24,5%) y AnimeBox (33,9%). Es decir, la ley que obliga a incluir al menos un 6% de lenguas cooficiales en realidad no tiene uso práctico puesto que solo afecta a las plataformas que ya tenían un porcentaje mucho mayor. Otra cosa es el predominio del catalán frente a otras lenguas como el gallego o el euskera, cuya presencia en comparación resulta anecdótica, lo que también es significativo. El estudio Monitoring language diversity and accessibility of streaming platforms in the EU, elaborado por el Parlamento Europeo en 2023, analizaba la diversidad lingüística en Netflix, Prime Video y Disney+, llegando a conclusiones decepcionantes: De las lenguas minorizadas europeas, solo cinco tienen presencia en estas plataformas: catalán, gallego, euskera, luxemburgués y galés, y éstas generalmente están restringidas por geobloqueo, olvidando que en Francia, por ejemplo, hay comunidades amplias que hablan catalán y euskera. Esto ocurre también con los subtítulos, que en plataformas como HBO Max solo incluyen los de los países nórdicos en esos territorios. El inglés es lógicamente el idioma predominante con mucha diferencia, quedando sepultadas las lenguas locales excepto en países con idiomas fuertes como Francia, Alemania, Bélgica, Italia o España, donde incluso su presencia llega a superar al inglés. La conclusión es que las plataformas de streaming no entienden la diversidad lingüística de los países en los que operan y hacen pocos esfuerzos por adaptarse a ella, imponiendo la presencia del inglés. Por lo tanto, son cada vez más necesarias las medidas de apoyo lingüístico para que un solo idioma no devore al resto. En este repaso de los últimos estrenos de series españolas hablamos de algunas producciones autonómicas recientes. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Delta

Miniserie | Ficción, 6x45' | À Punt/3Cat |  

Creada por David Gonzàlez, Laia Foguet

Dirigida por David Gonzàlez

Serielizados Fest '24: Mención Especial Interpretación (Raquel Ferri)


Cuando es tan habitual que los thrillers se apoyen en giros de guión y narraciones efectistas, encontrar una serie que desarrolla una investigación de una manera sosegada, sin ser tediosa, supone una experiencia especialmente satisfactoria. Como otras que comentamos en esta crónica, Delta (À Punt/3Cat, 2024) se puede incluir en la categoría de eco-thriller, pero no trata obsesivamente de sorprender al espectador, sino que se enfoca más en el desarrollo de unos personajes que finalmente resultan tan cercanos que incluso un desenlace más o menos previsible termina reforzando el suspense. Estrenada el pasado mes de octubre en el canal lineal de la televisión valenciana À Punt, después de pasar por el Serielizados Fest, esta miniserie ha tardado varios meses en estrenarse en la plataforma 3Cat de Cataluña, que es coproductora, un retraso injustificado para una producción que debería tener una mayor repercusión nacional. Saliendo del habitual thriller urbano que suele producir la televisión catalana, Delta se abre a un paisaje tan singular como el Delta del Ebro, uno de los humedales más importantes de Europa en cuanto a biodiversidad, que se enfrenta a un peligro de desaparición. La falta de sedimentos provocada por la construcción de presas hidráulicas ha venido impidiendo que el humedal pueda hacer frente al cada vez más rápido anegamiento de la zona debido al crecimiento del nivel del mar, que también está provocado por el cambio climático. Y éste es uno de los temas que aborda la historia creada por David Gonzàlez, director de 2ª unidad en Merlí. Sapere Aude (Movistar Plus+, 2019-2021), que actualmente trabaja en su primera película como director, Napalm. La historia comienza con la llegada de Júlia (Meritxell Calvo) investigando la desaparición de Bianca Esposito (Judit Beltri), una ecologista de una ONG que estaba analizando las transformaciones que están sufriendo los humedales, y cuyo informe podría tener repercusiones para empresas salinas y propietarios de la zona. Su investigación se cruza con el interés personal que tiene Meri (Raquel Ferri), una pescadora que trabaja en el sector turístico, y ambas forman un dúo de mujeres que representan diferentes caracteres entre lo rural y lo urbano, pero que se enfrentan a un entorno tradicional manejado desde una perspectiva masculina. La dirección de David Gonzàlez refuerza el paisaje a través de planos cenitales que muestran un humedal que resulta laberíntico, y en este sentido la serie puede recordar a La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), en la forma en que incorpora el entorno a la construcción de una atmósfera singular alrededor del thriller. Hay un costumbrismo realista que está forjado a partir de la incorporación de actores valencianos y de una mezcla de lenguas en catalán y valenciano que refleja la diversidad lingüística de esta zona fronteriza sin tratar de maquillarla.

Delta utiliza el género para ofrecer en realidad un retrato de una zona que tiene características muy concretas: los arrozales, las mejilloneras o el puerto conforman una dinámica social que subraya el aislamiento en el que se encuentra Júlia, que es una forastera en medio de un pueblo en el que su forma directa de afrontar las entrevistas comienza a sembrar conflictos, un poco a la manera de un western en el que una figura externa remueve el avispero de las relaciones personales entre unos habitantes que mantienen un equilibrio basado en el silencio. Mientras Meri descubre la existencia de la pesca ilegal de angulas, un negocio millonario (en 2022 se devolvieron al Delta del Ebro 98.000 ejemplares tras una operación del Seprona). En Sediments (T1E3), Júlia pone en duda la descripción de una empresa salinera que defiende que está contribuyendo a mantener la biodiversidad, pero que ella considera solo una estrategia de "greenwashing (ecoimpostura)" que pretende ocultar el verdadero impacto medioambiental que ha provocado en la zona. Meritxell Calvo, a la que hemos visto en El cuerpo en llamas (Netflix, 2023) y Beguinas (atresplayer, 2024) aporta profundidad a un personaje que quizás es más convencional en el tratamiento de su soledad frente a una relación sentimental rota, pero es Raquel Ferri, actriz valenciana que ha tenido pequeños papeles en películas como Los renglones torcidos de Dios (Oriol Paulo, 2022) la que se revela como una intérprete de recursos que sabe manejar un personaje complejo marcado por un trauma familiar y enfrentada a la posibilidad de que su padre Ricardo (Pep Tosar) tenga alguna implicación en la desaparición de Bianca. La red de relaciones dependientes que va desvelando la investigación está bien construida, pero Delta no abunda tanto en los descubrimientos sorprendentes, sino en la construcción de una amenaza que proviene del hombre, tratando de sobrevivir a una transformación natural que él mismo ha provocado, cuando los propietarios de tierras se enfrentan a una desaparición segura: "Este pueblo está condenado a desaparecer, créame", dice uno de ellos en el episodio Río amunt (Río arriba) (T1E6). Manteniendo un ritmo pausado, la historia sin embargo controla la tensión, y en ese tono recuerda a series como Top of the Lake (Sundance Channel, 2013-2017). Las revelaciones no sirven solamente para hacer avanzar la investigación, sino que proporcionan nuevas capas de información para reflejar la complejidad de las problemáticas a las que se enfrentan los habitantes del Delta del Ebro. Un destino trágico que pasa por la difícil decisión entre perder las tierras debido a la creciente inundación o marcharse para permitir la construcción de una presa que destruirá la zona. 

Favàritx

Miniserie | Ficción, 5x45' | IB3/HBO Max |  

Creada por Lluís Illescas, Luis E. Pérez

Dirigida por Adán Aliaga, Rafa Montesinos


Una de las escasas series autonómicas que se han estrenado en HBO Max, a pesar de que la plataforma inició su andadura en España en 2021, este thriller balear más o menos convencional, no parece esforzarse demasiado en explorar caminos nuevos. Y eso que el planteamiento inicial es interesante, con la inspectora de policía Marta Serra (Paz García) trasladada desde Madrid a Menorca tras un incidente en un caso, y envuelta en una investigación sobre unos aparentes suicidios que sin embargo resultan sospechosos. Su compañero asignado es Álex Crespo (Abdelatif Hwidar), un policía poco confiable, con tendencia a beber más de la cuenta debido a problemas familiares durante la separación de su esposa. Cuando se encuentra el cadáver de Laura Vidal (Queralt Albinyana), Consejera de Urbanismo del Consell Insular, aparentemente también a causa de un suicidio, la investigación comienza a abrirse a la posibilidad de que estas muertes sean en realidad asesinatos en serie. Pero la historia se envuelve también en una trama de intereses políticos y empresariales que están relacionados con la introducción de una red de narcotráfico que quiere utilizar la isla de Menorca como un paso para el contrabando hacia Europa, a través del mafioso brasileño Simão Tavares (Pêpê Rapazote), y la implicación de un matrimonio formado por Eva Guardia (Eva Pérez) y Sebastià Balaguer (Nacho Fresneda), cuyos negocios serían una tapadera para el lavado de dinero. Al igual que Sicília sense morts (Filmin/IB3, 2022) la corrupción política forma parte del entramado principal de la historia, estableciendo en este caso una conexión directa entre el narcotráfico y los sectores empresarial y político como soportes necesarios para el desarrollo de una red criminal. El entorno de la ciudad de Mahón y el Parque Natural de S´Albufera des Grau tienen una importancia destacada para conformar la atmósfera que necesita la historia, sin que parezca que el paisaje se introduce como un reclamo turístico, como ocurre en otras series como Weiss y Morales (RTVE Play, 2025). Y resulta interesante la utilización del Faro de Favàritx, construido en 1922, y sus alrededores de punta rocosa de pizarra negra, no solo como un espacio primordial en unos acontecimientos sucedidos en 1998 que se reflejan en el presente, sino como una metáfora de las necesidades emocionales de los personajes principales, cuyas vidas parecen ir a la deriva. 

Pero estos apuntes interesantes se pierden en un guión que se va dispersando conforme se desarrolla la historia, y que no termina de adaptarse a una producción autonómica que cuenta inevitablemente con un mayor ajuste presupuestario. Lo que perjudica a Favàritx (IB3/HBO Max, 2025) es que trata de mirarse en el espejo de otros thrillers convencionales sin conseguir nunca estar a su altura, porque la escritura de guión no tiene la habilidad para resituarse con un planteamiento menos tradicional. También se ve perjudicada por un trabajo de dirección rutinario de Adán Aliaga (1969, Valencia), nominado dos veces al Goya a Mejor Cortometraje Documental por The Fourth Kingdom (Adán Aliaga, Álex Lora, 2017), que posteriormente se convirtió en el largometraje El cuarto reino. El reino de los plásticos (2019), y La Gàbia (2021), y productor de la película de animación Rock bottom (María Trénor, 2024). Aunque esté acompañado por Rafa Montesinos, un prolífico director habituado a thrillers como La Caza (Movistar Plus+, 2021-), Rapa (Movistar Plus+, 2022-2024) o El inmortal (Movistar Plus+, 2022-2024), pero da la impresión de que su aportación no ha sido muy profunda, dada la medianía con la que se resuelven precisamente las escenas de acción. La serie ha sido coproducida con Portugal a través del canal público RTP, que también la ha estrenado, con más repercusión que en España, aunque la aportación de los actores portugueses se limita a personajes estereotipados como el narcotraficante Simão Tavares. Resulta curioso que esta sea la segunda ocasión en la que el actor portugués Pêpê Rapazote interpreta a un narcotraficante en una co-producción hispano-portuguesa, después de las dos últimas temporadas de Operación Marea Negra (Prime Video, 2022-2024). Favàritx decepciona porque tenía posibilidades de ser un relato relevante que hace referencia a problemáticas actuales pero, conforme confluyen la investigación criminal con la trama de narcotráfico, se toman decisiones de guión (que ha contado con la participación de siete escritores) que resultan cada vez menos creíbles, haciendo naufragar una historia que ni siquiera el faro de Favàritx puede conseguir que recupere el rumbo.

Lume

Miniserie | Ficción, 6x45' | TVG/HBO Max |  

Creada por Irene Pin

Dirigida por Sérgio Graciano, Giselle Llanio

International Series Fest Ría de Vigo '25: Premio del Público


La convocatoria de apoyo a las Coproducciones de Series que organiza el Consejo de Europa a través del Programa Eurimages ha cerrado este mes de junio su tercera edición, alcanzando la participación de 21 países, con la incorporación en 2025 de los organismos audiovisuales de Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, Letonia, Noruega y Polonia. Una de las nueve coproducciones elegidas en 2024 fue Lume (TVG/HBO Max, 2025), la única española, que logró 250.000 € destinados a la fase final de la producción. Estrenada en el canal lineal de Televisión de Galicia al mismo tiempo que en la plataforma HBO Max y en el canal portugués RTP, la serie se incorpora a la lista de colaboraciones entre Portugal y Galicia, que está representada por títulos como El sabor de las margaritas (Netflix, 2018-2020), Auga seca (HBO Max, 2020-2021) o Sequía (RTVE Play, 2022), tras cuya emisión la televisión pública recibió quejas de los espectadores porque parte de la serie estaba hablada en portugués, aunque ocupaba menos del 25% de los diálogos. La historia tiene como protagonista a Lucía (Cristina Castaño), una periodista española afincada en Lisboa que regresa a su pueblo natal de Seara, situado en la frontera hispano-portuguesa, donde se ha producido un grave incendio que afecta a ambos países. Durante su investigación, debe enfrentarse a las miradas de unos vecinos que han proyectado en ella la supuesta culpabilidad de su padre fallecido Alfonso, conocido como "O Abaneiro" y condenado por otro incendio que fue provocado en la zona dos décadas atrás, que podría tener alguna relación con el actual. De manera que la búsqueda periodística de Lucía se convierte también en una búsqueda personal, sobre todo cuando comienza una relación con un cabo de la gendarmería portuguesa (GNR) llamado Júlio (Albano Jerónimo), que también está investigando el incendio y es el inquilino de la casa familiar de Lucía. De esta forma la serie abraza sin miedo el subgénero del eco-thriller para reflejar diferentes problemáticas sociales a través de las interrelaciones del personaje de Lucía. Está la supervivencia de un pueblo pequeño, la amenaza de los incendios y la especulación en torno a las propiedades de las tierras, así como la personalidad de una localidad fronteriza en la que se mezclan el gallego y el portugués sin ningún esfuerzo, en una de las decisiones creativas más interesantes de la serie, sin artificios que subrayen barreras lingüísticas, para lo que es recomendable verla en versión original. 

Conforme Lucía continúa su investigación, surge una conexión con un proyecto de construcción de un parque eólico por parte de la empresa española NordesProm, pero del que pocos tienen noticias, como Martim (João Estima), un biólogo que se opone al proyecto. La necesidad de convertir todas las historias en un thriller para encontrar una proyección internacional acaba perjudicando a Lume porque no consigue construir un misterio demasiado sólido, usando los recursos tradicionales del género sin mucha eficacia. Funciona mejor el drama de una hija que se enfrenta a secretos que se han mantenido ocultos en su familia durante años, desde que huyeran del pueblo constantemente acusados por la muerte de una niña a causa del incendio. Cuando en Terra queimada (T1E4), su tío Ramiro (Alfonso Agra), con el que ha estado distanciada mucho tiempo, le revela algunos de estos secretos, la percepción que tenía sobre su familia cambia radicalmente. Cristina Castaño, muy vinculada últimamente a la producción autonómica gallega en series como Na Gloria (A Galega, 2024), hace un esfuerzo importante por dar profundidad a un personaje que sin embargo no termina de estar bien desarrollado, y cuyas decisiones parecen muchas veces más convenientes para el guión que realmente verosímiles. Lume se queda casi siempre a medio camino entre el drama familiar sin la contundencia necesaria y el eco-thriller sin la fuerza que lo impulsaría hacia una investigación más sólida. La producción está dirigida entre Sérgio Graciano (1975, Portugal), director de la película Salgueiro Maia - O Implicado (2022) y de algunas telenovelas, y Giselle Llanio (1973, Cuba), realizadora de la serie diaria gallega Pazo de familia (TVG, 2014-2018). Asumiendo su nivel de producción más modesto, no intenta reproducir demasiadas escenas en el interior de incendios, y posiblemente juzgar los niveles técnicos de la serie como si se estuviera hablando de una producción como Smoke (Apple tv+, 2025) puede resultar injusto. A pesar de todo, Lume consigue mantener el interés en sus personajes, aunque no termina de funcionar como thriller, demasiado pendiente de contentar a todo tipo de espectadores, lo que quizás se revela como uno de los graves problemas de un tipo de coproducciones que quieren conciliar las idiosincrasias de todos los países implicados. 

El gran salto

Miniserie | Ficción, 5x45' | Atresplayer |  

Creada por José Rodríguez

Dirigida por Roger Gual


Atresmedia es el grupo audiovisual que más producción de series desarrolla en España, por encima de plataformas como Netflix o Prime Video. Con estrenos regulares a lo largo del año, entre los que hay productos de mediana calidad, tiene un enfoque que trata de equilibrar una mirada más contemporánea con planteamientos de drama tradicional que se ajusten a una segunda ventana en la televisión lineal, consiguiendo a veces éxitos tangenciales, como el que está logrando la miniserie Ángela (atresplayer, 2024) en su paso por Netflix tras haberse estrenado en atresplayer y Antena 3. En el Festival de San Sebastián presentará dos de sus series más ambiciosas para esta temporada: la secuela La Ruta. Vol. 2: Ibiza (atresplayer, 2025) y el thriller Los 33 (atresplayer, 2025). Y precisamente en este mismo festival se presentó el año pasado El gran salto (atresplayer, 2024), una de sus grandes apuestas, cuyo estreno previsto en noviembre se vio empañado por una acusación contra Gervasio Deferr por abuso sexual durante su etapa en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès. Según la acusación, se habría producido una violación a una joven menor de edad, y habría otras dos víctimas, pero los hechos no se han denunciado al haber prescrito el supuesto delito. El estreno se aplazó sin fecha, pero ante la falta de avances en el caso, Atresmedia ha decidido emitir esta miniserie sin ningún tipo de promoción. Escrita por José Rodríguez (1979, Sevilla), guionista de la película Adiós (Paco Cabezas, 2019) y de La novia gitana (atresplayer, 2022-), la serie está basada en el libro El gran salto (2022, Ed. Península), en el que el propio Gervasio Deferr se sinceraba en torno a la gestión de su éxito deportivo y sus adicciones. Siguiendo una estructura más o menos tradicional de narración en dos tiempos, la etapa en la que consiguió los mayores logros que un deportista español ha tenido, y la más reciente cuando trata de salir del círculo de adicciones en el que se ha metido, más que un biopic sobre un deportista la miniserie es un relato de redención que no evita abordar las cuestiones más dolorosas, como cuando retrasa la visita a su madre que había sufrido un infarto, y las más surrealistas, como los extraños sucesos que involucraron a proxenetas brasileños en los Juegos Olímpicos de Río, de donde la delegación española le sacó volando, en el sentido literal de la palabra. Lo mejor que consigue la serie es retratar la compleja personalidad de un joven deportista que se exigía a sí mismo más de lo que le exigían los demás, convencido de ser el mejor gimnasta de su generación, con una mente que estaba en constante ebullición y una mala gestión del fracaso. Gervasio Deferr (Óscar Casas) era hijo de una pareja de emigrantes argentinos, Patricia (Carolina Román) y José Luis (Joaquín Daniel), que se afincaron en Barcelona, aunque la serie se centra más en la relación con su madre.

La historia sigue la estructura tradicional de los biopics, pero aborda algunos aspectos interesantes, como la incorporación de Gervasio Deferr cuando era un niño al Centro de Alto Rendimiento en el episodio Mamá (T1E2), que le obliga a abandonar los estudios: "Con nueve horas de entrenamiento no hay tiempo para estudiar. Para alguien competitivo como intuyo que es vuestro hijo, los años son esenciales. Y justo en este momento cuando ustedes están dudando, él pierde esos años", dice a sus padres el entrenador Lev (Beka Lemonjava). Esta falta de formación es el sacrificio del deportista de élite que sin embargo no encuentra una salida profesional cuando se retira, generalmente muy joven, de la competición. Con dos oros olímpicos en Sidney 2000 y Atenas 2004 en la modalidad de salto de potro, una medalla de plata en Pekín 2008 en la disciplina de suelo y una medalla mundial que le quitaron por dar positivo en consumo de cannabis, el deportista Gervasio Deferr crece mientras el joven Gervi se pierde en alcohol, drogas y fiestas. Óscar Casas se ha sometido a una de esas transformaciones físicas que tanto gustan a los actores, desde un cuerpo musculado para la etapa de deportista de su personaje hasta una delgadez notable después de retirarse. Pero al margen del parecido físico y la exposición exterior del protagonista, hay un elemento que sobresale en un trabajo de interpretación profundo: la capacidad de transmitir, tanto en sus éxitos deportivos como en sus fracasos personales, la sensación de vulnerabilidad y la absoluta soledad del personaje. Y el director Roger Gual (1973, Barcelona) lo subraya con primeros planos del actor en silencio, mientras se dirige al centro de desintoxicación en el episodio Redención (T1E4). Entre sus trabajos más alimenticios, el realizador catalán ha profundizado en la soledad del éxito en otras series como Maradona: Sueño bendito (Prime Video, 2021) y Fanático (Netflix, 2022). La gimnasta Simone Biles expuso a nivel mundial la salud mental de los deportistas cuando renunció a la final en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y en España otros deprotistas como Yago Lamela y Blanca Fernández Ochoa han mostrado las consecuencias de la falta de apoyo psicológico. El gran salto aborda esta cuestión pero prefiere enfocarse en el proceso de redención del personaje, lo que provoca una cierta tendencia al melodrama demasiado expositivo y a un episodio final, La Mina (T1E5), en el que se machaca demasiado el mensaje que pretende transmitir. Pero esta miniserie es una propuesta solvente y eficaz que se apoya en una interpretación absolutamente descarnada y conmovedora de Óscar Casas.

Ladrones: La tiara de Santa Águeda

Miniserie | Ficción, 6x45' | Disney+ |  

Creada por Verónica Marzá, Pablo Roa, Fernando Sancristóbal

Dirigida por Inma Torrente, Alejandro Bazzano


Si suele haber géneros que en España se manejan con soltura, hay otros que no terminan de cuajar, quizás porque no tengamos a los actores más carismáticos para el tipo de personajes que requieren, o porque los directores de casting se empeñan en seleccionar a aquellos que carecen realmente de gracia y de simpatía. Las comedias de robos de guante blanco no funcionan bien por lo general, con raras excepciones como Un asunto privado (Prime Video, 2022), pero ni Maxi Iglesias en Los Artistas, primeros trazos (Prime Video, 2023) ni spin-offs de series de éxito como Berlín (Netflix, 2023-) encuentran el tono y el ritmo adecuados para este tipo de historias. Un nuevo intento es Ladrones: La tiara de Santa Águeda (Disney+, 2025), cuyo título parece suplicar una continuación, que tiene más elementos de imitación de las comedias de acción de Álex Pina que de las películas de robos planificados como El caso Thomas Crown (Norman Jewison, 1968) o La cuadrilla de los 11 (Lewis Milestone, 1960), lo que es un desperdicio, porque éstas tienen una estructura narrativa mucho más solvente que la mezcla de canción de éxito/escena de acción que suelen incluir las producciones de Álex Pina. Y viniendo de un productor tan veterano como César Benítez, no parecía necesario replicar las series superficiales de Netflix para construir una comedia efectiva. El episodio La tiara de Santa Águeda (T1E1) comienza con la canción "Suspicious Mind" (1969) de Elvis Presley que se utiliza como título internacional de la serie, y enseguida surgen los elementos que nos recuerdan a otras producciones como Sky rojo (Netflix, 2021-2023): la voz en off de la narradora, que a veces se desdobla, la sucesión de canciones para darle ritmo a las escenas y hasta Asier Etxeandía como antagonista. De manera que se suceden los lugares comunes en este enfrentamiento amoroso entre los protagonistas Rui (Álex González) y Amber (Silvia Alonso), entre traiciones y atracción sexual ya resuelta. La temporada transcurre en un complejo de una isla del Pacífico donde se prepara la boda de la hija del empresario Emilio Villegas (Asier Etxeandía), y el objetivo de Amber y de Rui es conseguir robar la tiara de Santa Águeda, una joya valorada en 240 millones de dólares. Los elementos están dispuestos para crear una comedia de acción que sin embargo no funciona ni en el terreno de la comedia ni en las escenas de acción. 

Como en Berlín, los protagonistas se rodean de un equipo de ladrones que colaboran con ellos y que tienen sus propias problemáticas, aunque nunca se desarrollan más allá de lo convenientes que necesitan ser para hacer avanzar el guión sin la presencia constante de los dos personajes principales. Básicamente, solo se usan si hace falta crear alguna subtrama de suspense o si es necesario que alguno de ellos sea rehén de Judith Milenkovic (Milena Radulovic), la despiadada jefa de seguridad de Emilio Villegas, que aparece en el episodio ¿Os unís a nuestra banda? (T1E2). A partir de ese momento hay ciertas escenas repetitivas sobre la forma de atrapar a los sospechosos más evidentes, en una estructura de seis episodios que podrían haber sido cuatro sin perder agilidad. Se entienden algunos de los referentes de los creadores Verónica Marzá, Pablo Roa y Fernando Sancristóbal, que provienen de la escuela de Álex Pina trabajando en La casa de papel (Netflix, 2017-2021), y posteriormente han colaborado juntos en series irregulares como Toy boy (atresplayer, 2019-2021), Una vida menos en Canarias (atresplayer, 2024) y Cicatriz (Prime Video, 2024). Aunque resulte justificable que se pretenda crear una historia solo como entretenimiento, parece decepcionante que se apunten algunos temas sin acabar de desarrollarlos. Hay un tratamiento sobre la línea sutil entre la falsedad y la realidad en la que hubiera sido interesante ahondar, más que a través de la exposición de una isla paradisíaca tan superficial como el cartón piedra, la representación de los disfraces que adoptan los protagonistas o la propia relación entre Amber y Rui que se debate constantemente en un equilibrio entre el deseo emocional y la traición necesaria para conseguir sus objetivos. Ladrones: La tiara de Santa Águeda no es tan divertida para que funcione como un mero entretenimiento, suena a fotocopia de otras historias y tiene escasa credibilidad para justificar las proezas de los protagonistas. De manera que, lo que podría haber sido un pasatiempo sólido acaba resultando una propuesta intrascendente que se olvida tan rápidamente como se consume. 

Matices

Miniserie | Ficción, 8x30' | SkyShowtime |  

Creada por Javier Naya, Sergio Cánovas, Alejandro Merino

Dirigida por Sergio Cánovas, Carmen Vidal

Premios Seriemanía '25: Mejor Actor (Hovik Keuchkerian)


No suele tener mucha fortuna SkyShowtime con las producciones españolas que estrena, con alguna honrosa excepción, o quizás es que no hay demasiado tino a la hora de encontrar historias que puedan trascender más allá del fondo de catálogo. A diferencia de otras, sin embargo, en Matices (SkyShowtime, 2025) se transmite cierta ambición, presente en la localización principal, en la Hacienda Zorita de Fermoselle (Zamora), un complejo vinícola que incluye hotel y varios restaurantes, y que contiene en sus interiores ese cierto lujo que pretende reflejar el retiro terapéutico dirigido por el Dr. Tomás Marlow (Eusebio Poncela) y su hija, la también Dra. Eviana (Elsa Pataky), una inspiración poco sutil del personaje de Masha Dmitrichenko (Nicole Kidman) en la serie Nine perfect strangers (Prime Video, 2021-2025). Allí se reúnen varios pacientes que están marcados por diferentes traumas psicológicos, tratados en una terapia de grupo a través de la hipnosis regresiva que tiene relación con distintos tipos de vinos, en lo que parece más bien una excusa de guión para justificar la decisión de situar este retiro en un complejo vinícola. Con un reparto de nombres conocidos, la serie quiere establecerse como un drama psicológico que utiliza la estructura de otras historias ya conocidas, dedicando un episodio a cada personaje, en el que se describen sus problemáticas personales: los abusos homófobos en Cecilio (Maxi Iglesias), los secretos del matrimonio formado por Enrique Polan (Enrique Arce) y Teresa Polan (Miriam Giovanelli), la infancia robada de Norman Graf (Hovik Keuchkerian) o la carrera profesional rota de la cirujana Fariba Sayyid (Fariba Sheikhan) conforman un estudio sobre el ser humano que quiere ser profundo pero se queda en solo superficial. Una decisión extraña es la elección del formato de 30 minutos por episodio para un drama que parecía pedir más tiempo para desarrollar a los personajes, lo que se nota especialmente en episodios como Norman (T1E7) con una aparición de Luis Tosar como César Graf que solo sirve para establecer una relación de abuso parental demasiado simple. La investigación del inspector Héctor Castro (Raúl Prieto), cuando ocurre un hecho trágico, sirve para dar un protagonista a cada episodio, pero de esta forma se pierde eficacia cuando se trata de amplificar el trasfondo de cada uno de ellos, y en vez de un relato colectivo acaba siendo una antología de dramas psicológicos diversos. Hay también un homenaje a Ana Orantes, la mujer asesinada por su exmarido en 1997 tras denunciar en televisión el maltrato que había sufrido durante 40 años. El personaje de Ana Morantes (Juana Acosta) hace referencia a la cotidianidad en la que se puede convertir la violencia de género dentro de un matrimonio, cuando se transforma en un círculo vicioso de difícil escapatoria, pero una vez más acaba estando poco desarrollado. 

Creada por Javier Naya y Sergio Cánovas, con la participación en el guión de Alejandro Merino, responsables de la irregular Noche de chicas (Disney+, 2023), esta serie ha sido producida por Secuoya Studios y es en realidad el segundo encargo de producción española de SkyShowtime, después de Mamen Mayo (SkyShowtime, 2024-) porque, si bien ha presentado otros títulos como Originales, se trataba de adquisiciones de otras compañías. Rodada en parte en Canarias, Matices se presenta con cierta grandilocuencia, con una banda sonora excesiva de Maxime Rodríguez que sigue las referencias de la música de Bernard Herrmann, y un trabajo de dirección que quiere establecer una atmósfera intrigante de cierta elegancia, pero que cae en lugares comunes, creando una tensión que resulta artificial. Como en Noche de chicas, Sergio Cánovas se encarga de la dirección, un profesional formado sobre todo en la producción de eventos deportivos y musicales en Estados Unidos, que cuenta con la colaboración de Carmen Vidal, otra reconocida productora española de programas de entretenimiento en Nueva York, que participó en el documental El cuarto reino (Adán Aliaga, Álex Lora, 2019), del director de Favàritx (IB3/HBO Max, 2025). Pero da la impresión de que los actores, muchos de ellos solventes en otras historias, parecen poco dirigidos, como si cada uno estuviera en diferentes niveles de interpretación, abandonados a la suerte de elaborar personajes mal desarrollados. Cuando se deja que un actor se enfrente solo a su personaje, puede dar como resultado un trabajo pasable como en Luis Tosar, pero también equivocado como en Maxi Iglesias o Hovik Keuchkerian, que rozan la caricatura, la máscara superficial sin transmitir ningún tipo de trasfondo emocional. El guión juega la baza del giro sorprendente en algunos de los relatos, pero la construcción narrativa para llegar a la sorpresa es demasiado endeble como para que impacte lo suficiente. Matices quiere ser constantemente lo que no logra, un drama en forma de thriller que explora las psicologías de sus personajes al mismo tiempo que establece una estructura de whodunit deudor de las novelas de Agatha Christie, con referencia directa a Asesinato en el Orient Express (1934, Ed. Booket) y un tono de suspense que se mira en el cine de Alfred Hitchcock. Aunque no se ha anunciado una segunda temporada, los responsables de la serie están trabajando en otro proyecto para SkyShowtime que volvería a reunir a algunas de las actrices de ésta.  

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Películas mencionadas:

La isla mínima se puede ver en HBO Max y SyShowtime.
Los renglones torcidos de Dios y Adiós se pueden ver en Netflix. 
El cuarto reino. El reino de los plásticos se puede ver en Filmin.
Rock bottom se puede ver en 3Cat y Movistar Plus+.
El caso Thomas Crown se puede ver en Filmin y Prime Video. 
La cuadrilla de los once se puede ver en Filmin y Movistar Plus+.